sábado, 9 de mayo de 2009

CORPUS CHRISTI EN COLCABAMBA


Como esta fiesta es movible celebran el jueves del mes que designa el calendario.
La gente indígena de Colcabamba procura trabajar todo el año para hacer derroche de sus pocos centavos ahorrados, en esta fecha.
Los hombres usan un gorro que se llama “locco” y como sombrero “monteras” en forma de madia luna sujetas al cuello con cintas de distintos colores adornadas con franjas y cascabeles, luego bufandas largas de alpaca o vicuña; camisa, saco volteado, pantalones amarrados con cintas a la altura de las pantorrillas y hojotas en los pies. Las “llicllas” o mantas se amarran cruzando los hombros.
El mayordomo que es el que dirige la fiesta y por consiguiente el principal responsable del mayor o menor éxito, no se disfraza. Los capitanes en número de cuatro, que secundan al mayordomo, se disfrazan diferenciándose del resto por el uso de una banda que atraviesa los hombros.
La banda es de cinta de seda adornada con medios. Reales y pesetas de plata antigua, y por el uso de un cuerno que les sirve de depósito de chaccta o aguardiente especial. Estos tienen la obligación de adornar las esquinas de la plaza donde se centraliza la fiesta.
Cada capitán organiza su pandilla que baila al compás del pito, pincullo, tinya, charango, rondines y bandurrias. En la mañana del día lunes los capitanes con sus respectivas pandillas y ayudantes llevándose coca, aguardiente, chicha y cigarrillos se encaminan hacia los bosques o estancias en procura de árboles que ya de antemano han convenido en el precio, con sus respectivos propietarios. Mientras tanto las mujeres que en sus casas han preparado picante de cuyes, ofrecen como merienda a los hombres que ya han derribado media docena de árboles. Al día siguiente exactamente a las once de la mañana ingresan las cuatro primeras vigas a la esquina de la plaza. La nota característica de este acto estriba de que en un extremo de cada palo monta el capitán y en el otro el que toca el pito.
En la víspera de la fiesta arreglan la plaza formando altares y adornando con “quilles” que son unos mantos especiales conteniendo colgajos de riquísimas y valiosas joyas de oro que los capitanes alquilan de las personas más proporcionadas del lugar. Es de alabar la honradez de esta gente indígena que no toca esas codiciadas prendas.En la noche salen las pandillas y recorren por los contornos de la plaza. Cuando dos pandillas se encuentran, primero cantan las mujeres y luego los hombres se cuadran, se miran, cruzan los brazos y luchan a empujones procurando derribarse unos a otros. los que vencen se conquistan la simpatía de la concurrencia porque han demostrado ser fuertes y valientes.
Al siguiente día celebran una gran misa solemne y luego sale le procesión de Corpus amenizada por una banda de “cachimbos” contratada especialmente por el mayordomo, recorriendo las calles principales y deteniéndose en cada altar. En la noche vuelven a salir las pandillas quienes se amanecen bailando y tomando.La renovación de cargos se efectúa en “la octava”.